jueves, 28 de enero de 2016

Viejas Glorias

Felipe González, expresidente del Gobierno y exsercretario general, es una figura muy importante en las filas del PSOE. Sus declaraciones y entrevistas son examinadas con lupa, en busca de cualquier palabra malsonante. La última entrevista, publicada por el periódico El País, ha vuelto a traer cola.

En su análisis sobre la decadencia que está viviendo la política española habla de regeneración. La necesidad de un proyecto reformista para retomar el camino del crecimiento y la prosperidad.. Así como la recuperación de los derechos perdidos en los últimos años del gobierno de Rajoy.

El señor González se muestra crítico con las políticas a golpe de decretazo que el PP ha impuesto. La total falta de diálogo, consecuencia de la mayoría absoluta. No olvidemos que los españoles quisimos lo que tenemos.  Y con la falta de responsabilidad de Rajoy cuando rechazó presentarse al primer debate de investidura, dejando en manos de otros una obligación que en primer lugar le corresponde. Sin embargo, ¿cómo puede pedir que ni PP ni PSOE se interpongan a que el otro gobierne?.

Para Felipe González la solución pasa por un gobierno progresista y reformista. Dicho así uno puede pensar que se refiere a una gran coalición de izquierdas, un pacto a la portuguesa como lo denominan. Pero no, no es eso a lo que se refiere. Al hablar de coaliciones no se atreve a mojarse, Baraja todas las opciones sin decantarse por alguna de ellas. La única opción no viable es el pacto entre Podemos y PSOE. La idea del expresidente sobre los podemitas es la de un partido liquidacionista y oportunista. Punto en el que se puede estar de acuerdo con él. Pero entre gobernar con el apoyo de los podemitas o los populares, creo que no hay mucho sobre lo que discutir.

Gobernar con el PP supondría apoyar a la corrupción y la perdida total de votantes, ojo, y militantes por parte del PSOE. Durante cuatro años ha quedado más que demostrada la nula voluntad de los populares de luchar por el crecimiento y bienestar de los ciudadanos. Otra cosa es si hablamos del crecimiento de sus bolsillos, entonces se ponen manos a la obra en el momento.


Por lo tanto, por muy importante que sea la figura de Felipe González, los logros que consiguió y el nivel al que elevó a nuestro país, declaraciones así manchan su trayectoria y dan a pensar que los ideales por los que un día luchó como socialista se han quedado en el camino.  

martes, 26 de enero de 2016

Tiempo de Seísmos

Cabe pensar que seguimos como hace un mes y medio. Sin gobierno y entre tiras y aflojas. Pero la realidad es que no, el panorama está cambiando, bastante rápido. El viernes conocimos varias noticias interesantes. La voluntad de Podemos de pactar con el PSOE y el rechazo de Rajoy de someterse al primer debate de investidura. Seguidas del comunicado oficial de los socialistas desaprobando ambas conductas.

Curiosamente la madrugada del lunes tuvo lugar un seísmo, 6,3 grados en la escala de Ricther, en Melilla, provocando numerosos daños. Se sintió en Andalucía y me atrevería a decir que también se debió sentir el Madrid por los sucesos de la mañana siguiente.

El PP, si eran poco los sonados escándalos de corrupción y los imputados en sus filas, ahora el partido ha sido imputado por financiación ilegal. En Europa estarán preocupados por la formación de gobierno pero si hay algo que realmente tenía que preocuparles, mucho más a los españoles, es que hayan sido el partido más votado después de cuatro años de saqueo y devastación.

Podemos ha sido el otro en sufrir las grietas. Claro que estos vienen sufriéndolas desde hace tiempo. En este caso se remontan a meses antes. Quizás desde el día en que se constituyeron como partido, solo que les pusieron buena silicona para taparlas. Tras fracasar en su intento de constituirse en cuatro grupos en el Congreso de los Diputados. Ada Colau anuncia su proyecto de formar un partido o algo parecido para recuperar en Cataluña. En diferentes agrupaciones dimiten sus dirigentes por discrepancias con el líder, Pablo Iglesias. Compromís y la Marea quieren tener su propio papel protagonista. En definitiva, le crecen los enanos.


Pero a quién le puede extrañar que ocurra cuando han personificado en Pablo Iglesias lo que defendían como el proyecto de las personas. Desde su aparición han utilizado casos mediáticos para ganar protagonismo. No han sabido canalizar el verdadero clamor de la calle, el del cambio real, y no el de pedir cinco sillones para el y los suyos más cercanos, con el cuento de controlar las decisiones y acciones del PSOE. ¿No era eso la vieja política?. La misma en la que ha querido participar y lo ha conseguido.