¿Cuándo es motivo suficiente para abrir un expediente a un militante del partido? Es la pregunta
que me pasa por la cabeza a raíz de lo sucedido en el pasado Comité
Federal del PSOE, el sábado 30 de enero.
El Comité Federal se considera, por los militantes, el mayor órgano de
decisión interna. Órgano cerrado donde los líderes y
representantes transmiten la opinión de sus federaciones, ha sido
traicionado por los mismos con la filtración de sus intervenciones.
Flaco favor hacen
al PSOE con dichas filtraciones. Si la situación ya es
complicada, los ataques internos la agravan. La posibilidad de
alcanzar un pacto para gobernar se ve truncada por la diversidad
ideológica de los nuevos partidos políticos y se hace imposible con
las negativas de los líderes del partido socialista de avanzar.
Negativas que resultan irónicas cuando tras las elecciones
municipales y autonómicas, transcurridas en el 2015, la mayor parte
de gobiernos se han formado por coaliciones, algunas PSOE –
Podemos.
Todos hablan,
todos opinan, todos ponen pegas pero ninguno propone soluciones. Es
preocupante pero aún lo es más que se traicione de una manera tan
descarada al partido y a sus militantes. No quieren darse cuenta de
que estamos cansados de sus continuos ataques, de sus continuas
luchas de poder y de los años que llevan viviendo de espaldas a los
problemas reales.
Ha llegado el
momento de tomar medidas, de acabar con los que quieren el poder por
el poder. Demuestran que la ideología poco pinta en sus
decisiones. Se acabó la imposición de candidatos por intereses
propios y su sustitución cuando les conviene. Es el momento idóneo
para demostrar que la democracia, al menos interna, es posible.
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